Néstor parió a su hije en 2021. Álex inició el proceso para acceder a técnicas de reproducción asistida en 2023. No hay nada extraordinario en lo que pensó Néstor cuando decidió quedarse embarazado y vivir las potencialidades de su cuerpo. La falta de visibilidad sobre las masculinidades gestantes sitúa como inusual algo que forma parte de la naturaleza humana y de su diversidad.

No son los primeros hombres en quedarse embarazados, no son los primeros en trazar una paternidad que surge desde el óvulo. Gestación es una palabra que se suele conjugar en femenino pero, ¿y si no tuviera por qué ser así? La posibilidad de navegar una masculinidad que coexiste con un embarazo no es nueva, pero que esta sea reconocida sí lo es. Cambiar ‘madre’ por ‘madre o progenitor gestante’ puede parecer una sutileza lingüística que no va más allá, pero para un padre trans gestante es la diferencia entre el reconocimiento y la protección o un limbo legal donde no cabe la diversidad.

Néstor se quedó embarazado en mitad de una época convulsa por los debates que surgieron en torno a la Ley Trans Estatal. En su vivencia confluyen dos mundos: las redes sociales, que suelen ser más violentas, y su entorno, donde el conocimiento y la aceptación demuestran que una gestación trans es un embarazo como cualquier otro. Sin embargo, para esto es necesaria la visibilidad, como apunta Néstor: «hay hombres embarazados, sí, yo soy uno de ellos. Quiero atención médica y quiero que se nos visibilice».

¿Cómo se vive ser un hombre y quedarte embarazado?

La gente se lo toma como algo muy marciano, y lo curioso es la diferencia entre la gente que me conoce y la que no me conoce. A las personas que me conocen le ha dado completamente igual. Creo que esta es la clase de conceptos que a la gente le estalla la cabeza, más que por una imposibilidad física, porque no lo han pensado nunca.

¿Es compatible hacer una transición legal, es decir, en los documentos oficiales, y recibir los servicios que has recibido mientras estabas embarazado?

Es un tema muy espinoso. Yo hablo desde el privilegio de, por ejemplo, persona con nacionalidad española y que tengo capacidad de abogar por mí mismo. El passing** también influye, hace que te tomen más en serio. Sobre el papel tendríamos que tener ese derecho.

¿Has sentido que tu identidad de género se respetaba en el embarazo? ¿Y ahora durante la paternidad?

En mi círculo no hubo problemas, otra cosa son las redes. La gente que me conoce, pues ya lo sabe. Además, ahora mismo tengo passing. Para quien no me conoce, soy un papá más. Tengo el privilegio de mezclarme entre la multitud y no llamar la atención. Me da pena cuando no somos conscientes de la posición que ocupamos y de que es verdad que el passing, aunque sea una mierda que tenga que ser así, es una tranquilidad.

¿El sistema sanitario está preparado para atender a embarazos de hombres?

Depende mucho de quien te atienda. También creo que ahora mismo los hombres trans que nos quedan embarazados somos tan pocos que no hay un esfuerzo concertado contra nosotros, como sí hay por ejemplo contra el aborto. Somos un número tan reducido que no vale la pena boicotearnos. No hemos sido suficientes como para que nos la quieran liar. Y también es que es difícil, o sea, en la sociedad por una cuestión de óptica es difícil meterse con gente embarazada.

¿Tenías suficiente información?

Información tenía, porque me puse a leer todos los blogs, páginas y testimonios posibles. Pero en el sistema médico, no, eres completamente invisible y mucha gente no está preparada. O sea, por ejemplo, si yo me estuviera hormonando, lo dejara y me quedara embarazado, que es un caso muy común, no hay estudios al respecto.

¿Cómo resumirías tu experiencia?

Creo que tuve una integración y una aceptación especialmente buenas, y esto se puede atribuir pues tanto los cambios de la legislación como al hecho de que la gente me alrededor estaba concienciada. Hablo de mi alrededor, no solamente de conocidos y colegas, hablo también de personas de mi entorno profesional, médico, etcétera. ¿Qué quiere decir esto? Que la educación funciona, la normalización funciona. Es muy fácil deshumanizar a un grupo que no conoces y con el que no tratas.

Álex comenzó a navegar los entresijos de acceder a técnicas de reproducción asistida en 2023, encontrándose un sistema sanitario donde la desinformación estanca y eterniza procesos donde el tiempo es clave. Con la mirada inquisidora de quien lo considera intruso en espacios donde se considera que una barba acompaña y no es el sujeto principal del proceso. Aún no se ha quedado embarazado, pero tiene intención de hacerlo. Experiencias como la suya parten del ‘imposible’ al que se le relega a todo aquello que trasciende lo normativo.

¿Cómo se vive plantearse la gestación desde la masculinidad?

Es algo que nos dejan como imposible. Cuando empezamos la transición, sobre todo a nivel médico, nos dicen que tenemos que hormonarnos, que parar el proceso natural de los ovarios y demás; la posibilidad nos la quitan. Nos inducen el miedo. Es muy frustrante porque cuando yo empecé el proceso era como, necesito esto, pero ¿qué hago? ¿Mi felicidad o la del bebé que voy a tener? A mí me dolía mucho, me frustraba no poder gestar nunca.

¿Has iniciado el proceso? ¿Te han puesto trabas?

La primera traba la encontré al venir de la derivación con deseo de gestar. Una funcionaria me dijo que yo no podía entregar los papeles, que tenía que venir la persona interesada. Tuve que darle todas las explicaciones y me dijo que era muy largo y complicado. Me ponía el ‘no’ por respuesta. Después la cita no se había tramitado. Cuando tuve mi cita, fue muy chocante. Eran todo madres, figuras masculinas pocas. No me van a decir ‘fuera’, pero el trato se nota.

¿El sistema sanitario está preparado?

En ningún aspecto. Lo bueno es que yo al mismo tiempo me estaba informando desde fuera, y eso es lo que me ha ayudado a llevarlo. Debería haber protocolos más exhaustivos, porque sí, el protocolo está, hay un documento que firmar. Pero ¿cómo justifico que me tuvieron esperando sin motivo?

¿Y cómo ha sido tu experiencia acudiendo a la sanidad privada para técnicas de reproducción asistida?

En una de las primeras clínicas que fui, me atendieron sin problema, me hicieron cuestionarios. Pero cuando vieron mi DNI con el género masculino, me llamaron después y me dijeron que no era posible porque supuestamente a nivel legal no se podía. En otra clínica me dijeron que no había problema, aunque tuviera el género legal masculino. Pero claro, tanto en lo público como en lo privado me han cerrado puertas y puesto trabas.

¿Han cuestionado tu identidad de género durante el proceso?

La gente no lo entiende en general. No te rechazan directamente, no te pueden decir ‘no entras en el proceso’, porque por ley puede haber denuncias y trabas, pero hay maneras de hacerlo. No te cogen la cita, o te la dan tarde. Es un boicot silencioso.

La existencia de protocolos, visibilidad y concienciación son aspectos clave en los embarazos, aún más si estos se dan fuera de la norma. Las vivencias tanto de Néstor como de Álex están atravesadas por la idea de cómo debería ser una masculinidad trans y unos estereotipos cada vez más obsoletos. Ellos son solamente dos de los muchos que toman la decisión de gestar, cada uno con sus nombres y sus historias. El embarazo no tiene por qué ser solo cosa de mujeres.

* TRH (Tratamiento de Reemplazo Hormonal). La persona trans recibe hormonas cruzadas (lo más habital es testosterona en hombres trans; estrógenos y bloqueadores en mujeres trans). En personas no binarias, dependerá de si quieren recibir TRH y los resultados esperados.
** Passing. Fenómeno por el cual una persona trans puede ‘pasar desapercibida’ y no ser reconocida automáticamente como persona trans salvo que lo manifieste explícitamente.