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¿Sigue siendo Chueca tan genial?

El Orgullo LGTBI llena el barrio de Chueca en 2014. Archivo ABC

El barrio ha sufrido las consecuencias de la gentrificación, un fenómeno imparable que afecta a ciudades de todo el mundo

Stories Juanma Fernández

«Chueca es genial», cantaba la drag Kika Lorace hace ya más de diez años. Pero, ¿sigue siendo verdad esta afirmación? Como en muchos otros barrios de Madrid, la gentrificación es una realidad desde hace ya varios años. Dicho de otro modo: la transformación mediante la cual un barrio popular, modesto o deteriorado se renueva atrayendo a residentes con mayor poder adquisitivo. Es así como Chueca ha pasado de ser un refugio para el colectivo a algo más parecido a un parque temático para el turismo de masas.

De hecho, la cinta ‘Chuecatown’ (2007), de Juan Flahn, ya jugaba con esta idea. En ella, el dueño de una inmobiliaria asesinaba a ancianas del barrio con el fin de hacerse con sus viviendas y convertir Chueca en un barrio modelo cuyos habitantes, jóvenes, modernos y guapos, vivieran en casas de lujo reformadas.

«Es un proceso más lento de lo que se siente», explica Antonio Giraldo, geógrafo, urbanista y divulgador; y además actualmente portavoz de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid. «Habría que remontarse bastantes años atrás para ver por qué se propició un caldo de cultivo en Chueca y otros barrios de Madrid para este fenómeno de la gentrificación. En los años 80 y parte de los 90 era una zona muy degradada y, quizá por eso, se convirtió en lugar de encuentros alternativos y público LGTBQI+. Es una dinámica que ha sucedido en muchas capitales del mundo», explica.

El barrio de Chueca está repleto de banderas LGTBI. Virginia Carrasco/Colpisa
Mili Hernández: «Chueca pudo surgir como barrio gay porque había muchos locales vacíos por la crisis»

Lo confirma Mili Hernández, librera, editora y activista lesbiana, fundadora de Berkana, la primera librería especializada en temas LGTBIQ+ de España e Hispanoamérica, ubicada en Chueca. «Los precios eran muy baratos. Chueca pudo surgir como barrio gay porque había muchos locales vacíos por la crisis que tenía el barrio».

Fue así como, poco a poco, la zonaempezó a mejorar y se convirtió en una zona referente para la comunidad. Tanto es así que, según el plano LGTIBQ+ que creaba Berkana, «en 2005 había como 250 negocios para el colectivo».

Mili Hernández y Mar de Griñó, dueñas de la librería Berkana, primera librería especializada en temática LGTB fundada en España. Madrid. Virginia Carrasco/Colpisa

La creación de la ‘marca gay’

Esta evolución, con el paso de los años, empezó a ser mirada con recelo por algunos activistas. Shangay Lily, en su libro ‘Adiós, Chueca. Memorias del gaypitalismo: la creación de la marca gay’ denunciaba cómo unos cuantos ‘oligayrcas’ se hacían con la marca hasta transformarla en un negocio. La propia Hernández fue víctima de aquel movimiento inmobiliario salvaje. «Los que firmamos contrato en los 90, cuando empezaron a acabarse, nos subieron los precios. Yo me tuve que ir de la plaza porque me cobraban 8.000 euros».

Pero llegó la crisis y los negocios empezaron a caer uno tras otro. «Vivíamos del turismo español interior porque Chueca era un fenómeno. Y con la crisis, la gente dejó de venir y las cosas se torcieron un poco», recuerda Hernández.

Tampoco ayudó que el Ayuntamiento empezara a poner trabas a los empresarios, según algunas voces. «Siempre digo que el EuroPride de 2007 fue el punto culmen. Empezó a haber más regulación, ya no se podía celebrar el orgullo igual en Chueca, ya no se podían hacer eventos…», lamenta Manuel Pérez, propietario de A different Life, otra mítica librería del barrio.

Llegan las grandes marcas

Pero España se recuperó. Y Chueca, también. Y donde antes había negocios de barrio, empezaron a florecer grandes marcas. A ello ayudó la peatonalización de la calle Fuencarral, en la frontera del barrio con Malasaña. «Siempre suele haber elementos clave como causa o como consecuencia. La peatonalización de la calle Fuencarral también propició que subiera el valor del suelo y que los comercios tradicionales que existían en la calle se fueran clausurando uno a uno y solo grandes marcas pudieran estar en una calle así. También coincidió con el cambio del modelo de compra con la aparición del comercio electrónico», recuerda Giraldo.

Algunas marcas customizan su identidad con la bandera LGTBI para celebrar el Pride. Virginia Carrasco/Colpisa
Alberto Gil: «Esta zona era de comercio pequeño y ahora casi todo está pensado para el turismo. Los locales antiguos han desaparecido»

Eso mismo se vivió con el mercado de San Antón, «aunque fue más una consecuencia, porque ya había habido bastante transformación. Su modelo de comercio es justo la pauta clave de un proceso de gentrificación», añade el urbanista. Así se pasó de un mercado de abastos tradicional a uno gourmet, como ocurrió con el mercado de San Miguel; un camino que se recorre de manera similar en las grandes ciudades occidentales.

El covid, un nuevo golpe

El destino, sin embargo, le tenía preparado al barrio una nuevo altibajo: la pandemia del covid. Otro golpe para los comercios tradicionales. «Ha quitado alma e idiosincrasia al barrio, lamenta Pérez.

«Esta zona era de comercio pequeño, más pensado al tema del zapato, y bares tradicionales. Y ahora casi todo está pensado para el turismo. Prácticamente los locales antiguos han desaparecido. Se ha convertido todo en apartamentos, bares y tiendas pensados para ellos. Se ha perdido el sentimiento de barrio», explica Alberto Gil, zapatero de toda la vida que regenta una tienda en Augusto Figueroa.

El covid fue el (pen)último golpe para el poco comercio tradicional que quedaba en el barrio madrileño

A él también le ha tocado reciclarse. «Yo me mantengo porque tengo mucha clientela, pero me he tenido que diversificar y trabajar por las tardes en otro sitio. La reparación de calzado, además, ya no es lo mismo. Hay gente que cuando lee en el cartel de ‘tapas en el acto’ se piensa que le voy a regalar algo de comer con la cerveza».

«Los pocos negocios que existen ahora son los más antiguos. Somos los que intentamos que el barrio siga teniendo cierto cariz LGTBIQ+, soportando unos alquileres muy elevados», confiesa Hernández, que paga la friolera de 2.700 euros por un local de 50 metros. A todo ello se suma que tienen un nicho pequeño de mercado. «No competimos en igualdad de condiciones».

Apartamentos turísticos

También ha cambiado la fotografía de los vecinos del barrio que se veían paseando por sus calles por la de apartamentos turísticos. Actualmente, Airbnb tiene en Chueca 968 pisos enteros, lo que supone un 5,7% del parque total. «En los 90 una casa valía 110.000 euros, ahora valen 600.000. De ahí que mucha gente también vendiera. Hay muchos que hoy viven en Torremolinos que tenían negocios aquí y que decidieron vender», añade la popular activista.

Antonio Giraldo, geógrafo: «No creo que Chueca sea ahora el referente LGTBI de la ciudad, pero eso no es negativo»
Cartel de la Manifestación del Orgullo en 2007 bajo el lema ‘Ahora Europa, la igualdad es posible’. Archivo ABC

Poner de ejemplo al municipio costasoleño no es casualidad. En los últimos años, a Chueca le ha salido competencia en otras ciudades. «La libertad que ha habido en España ha hecho que no tengas solo que vivir en un gueto, en un barrio… Cada vez hay más orgullos por España», comenta el librero.

«Ha pasado en el Village y en el Soho de Londres», puntualiza Hernández. «Es una evolución lógica. En Chueca las personas LGTBIQ+ perdieron el miedo. Y todo ha cambiado, de venir a Chueca a vivir su sexualidad de manera libre, a no necesitarlo porque se puede hacer en otros espacios».

La visibilidad LGTBIQ+

«Chueca tiene ese recuerdo o eslogan cultural más que real. No creo que Chueca sea ahora el referente LQTBIQ+ de la ciudad. De hecho, la gente del colectivo ha tendido a salir de allí. Ese efecto de refugio creo que se ha diluido. Y esto no quiere decir que sea algo negativo. Se ha conseguido que la ciudad entera prácticamente sea un espacio de libertad. Y es que ahora mucha gente identifica Madrid con libertad LGTBIQ+», explica Giraldo.

«Siempre he pensado que si esta librería se cierra algún día, diremos adiós a la visibilidad LGTBIQ+ en el barrio, ya que los bares al final son otro sitio de visibilidad, pero de noche», sostiene Hernández, que recuerda que la librería LGTIBQ+ más antigua de Australia, The Bookshop Darlinghurst, va a cerrar en las próximas semanas.

¿Puede revertirse esta gentrificación? ¿Existen ejemplos en otras ciudades? «No conozco casos donde se haya revertido, pero sí se puede controlar. Lo que se puede hacer es no cultivar ese caldo de cultivo. Hay zonas que se quedan descolgadas durante décadas y hay que trabajar en ello», sentencia el geógrafo.

Mili Hernández: «Si esta librería cierra algún día, diremos adiós a la visibilidad LGTBIQ+ en el barrio»

«Siempre he pensado que si esta librería se cierra algún día, diremos adiós a la visibilidad LGTBIQ+ en el barrio, ya que los bares al final son otro sitio de visibilidad, pero de noche», sostiene Hernández, que recuerda que la librería LGTIBQ+ más antigua de Australia, The Bookshop Darlinghurst, va a cerrar en las próximas semanas.

¿Puede revertirse esta gentrificación? ¿Existen ejemplos en otras ciudades? «No conozco casos donde se haya revertido, pero sí se puede controlar. Lo que se puede hacer es no cultivar ese caldo de cultivo. Hay zonas que se quedan descolgadas durante décadas y hay que trabajar en ello», sentencia el geógrafo.

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