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Abogada, Empresaria y Activista Feminista LGBTI

Eva Pérez Nanclares: «Hay directivas lesbianas que temen que ser ellas mismas les perjudique»

La abogada Eva Pérez Nanclares recibió a SIX en su casa de Madrid. José Ramón Ladra/COLPISA

La abogada se considera una privilegiada y siente la responsabilidad de luchar por los derechos de las mujeres lesbianas y bisexuales

Comunidad Víctor Rojas

Eva Pérez Nanclares ha vivido en primera persona la doble discriminación de ser mujer y lesbiana. Aun así, se considera una privilegiada y siente la responsabilidad de luchar por los derechos de las mujeres lesbianas y bisexuales. Su activismo no se limita a su despacho, S&P Legal; también forma parte de la junta directiva de la Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGTBI (REDI), colabora con la red profesional LesWorking y con la Fundación 26 de Diciembre. A nivel internacional, copreside la EL*C (EuroCentralAsian Lesbian Community), un reflejo de su compromiso con la visibilidad y los derechos del colectivo LGTBI.

Es una de las mujeres más visibles en el ámbito empresarial en materia de diversidad LGTBI. ¿Qué retos le ha supuesto esta visibilidad a lo largo de su carrera?

El primer reto es personal, de mirarte a ti misma en el espejo y decidir si estás en disposición de dar ese paso. Es complicado porque, al menos las de mi generación, hemos tenido muchas referentes negativas, gente que ha visto su profesión o vida personal truncada por el estigma. La verdad es que mi experiencia es positiva, tengo mi propio despacho de abogadas. Tengo la suerte de que si alguien ha decidido que, porque soy lesbiana, no quiere trabajar conmigo, ha sido una cosa residual. Mi trabajo como abogada se basa en la confianza: es muy difícil no tener esa coherencia de buscar la confianza de los demás cuando tú no estás siendo realmente auténtica.

¿En qué momento dio el paso de defender de forma activa los derechos de las mujeres del colectivo LGTBI?

Fue una cuestión gradual, vas evolucionando y construyéndote con tu identidad. No es una cosa de un día para otro, pero sí hay un punto de inflexión importante. Conocí a Marta Herraiz, fundadora de LesWorking y codirectora de REDI, en una charla sobre derechos civiles del colectivo LGTBI, donde me escuchó y empezamos a colaborar juntas. Y ya no hubo vuelta atrás. Eso generó una dinámica positiva y experimentamos mucho con LesWorking, que es una red de mujeres lesbianas y bisexuales en el ámbito profesional. Demostramos que juntas somos más fuertes y en los eventos o al compartir experiencias, unas nos damos impulso a otras.

«Ser lesbiana es una cuestión de identidad, pero vivir como lesbiana es una cuestión de ejercer tu libertad»

A menudo reivindica que «vivir como lesbiana» es distinto a «ser lesbiana». ¿Cómo interpreta esa frase?

La interpreto, y es una cuestión muy personal, como que ser lesbiana es una cuestión de identidad, pero vivir como lesbiana es una cuestión de cómo te manifiestas, de ejercer tu libertad, tu autonomía, de vivir plenamente. A lo largo de la historia, hay miles de lesbianas que han sido, pero no han vivido como lesbianas, que se han tenido que ocultar, disimular… Soy una firme defensora de la intimidad y la privacidad, pero esto es otra cosa. Lo que te piden es que te ocultes, que no te manifiestes, que no incomodes. Entonces es justo lo contrario, es ser tú misma donde estés, aunque eso a veces implique estar constantemente saliendo del armario. Al final, ser lesbiana no es solo que te gusten las mujeres.

Como ha comentado antes, optó por fundar su propia firma legal, ¿pero qué retos cree que siguen enfrentando quienes trabajan en empresas donde la dirección no está comprometida con la diversidad?

El principal reto es que en la cumbre estás muy sola. Y que cuanto más alto estás, de más alto caes. Estamos 100% seguras de que hay un número importante de mujeres que son lesbianas o bisexuales que están en altos puestos directivos y que tienen miedo de que ser ellas mismas les suponga un detrimento, o un perjuicio que les reste en su carrera profesional. En REDI estamos muy centrados en apoyar y en trabajar para que esto sea diferente. La diversidad en las empresas se tiene que trabajar de arriba hacia abajo, hay que manifestar una intención clara desde la dirección. Las mujeres en los puestos de poder tenemos muchos retos. Por ejemplo, que lo que en los hombres se considera liderazgo, en las mujeres se considera que eres una mandona. Estos estereotipos funcionan y, si además le añades la intersccionalidad de ser lesbiana o bisexual, tiene unos componentes de más riesgo. La clave está en entender que si quieres transmitir a tus equipos liderazgo auténtico desde la dirección, tienes que dar ejemplo.

Eva Pérez Nanclares es una referencia europea de la visibilidad lésbica en el entorno empresarial. José Ramón Ladra/COLPISA

En uno de los encuentros de LesWorking se planteó una pregunta muy directa: «¿Dónde están las lesbianas?». ¿Qué conclusiones extrajeron de ese encuentro?

Esa es la gran pregunta siempre y está todo el rato presente. Pero la respuesta que puedo dar es que las lesbianas están en todas partes y hay que generar espacios seguros para que las mujeres lesbianas afloren. Es verdad que hay un paso que tienen que dar ellas: visibilizarse. Es un paso individual, pero está claro que los entornos donde se favorece que esto sea así, es más fácil que ocurra. Estamos, pero no se nos ve tanto como debería, así que hay que trabajar en esa línea.

«Las lesbianas están en todas partes, pero no se nos ve tanto como debería»

En el ámbito empresarial, las mujeres lesbianas y bisexuales suelen enfrentarse a obstáculos específicos. ¿Qué barreras considera que siguen siendo más difíciles de superar y que quizá no afectan del mismo modo a otras letras del colectivo?

Tenemos un claro reto: que las lesbianas vean que hay experiencias y referentes positivos y que los espacios conquistados nos acogen y nos permiten ser. Es cierto que para eso necesitamos que nuestros compañeros hombres, incluso dentro del colectivo, sean conscientes de que tiene que haber liderazgos inclusivos y compartidos. Es algo que trabajamos mucho desde REDI. Lejos de ser una cuestión de cuotas, debe tratarse de buscar la representatividad, porque la realidad es que en la sociedad existe. Las lesbianas están en todas partes, en todos los ámbitos profesionales, en todos los sectores.

En REDI ocupa un cargo dentro de la junta directiva, ¿con qué proyectos están fomentando que haya más representación de las mujeres?

Seguimos trabajando en diferentes líneas para seguir consolidando la presencia de REDI en el ámbito empresarial de la diversidad LGTBI. A nivel personal, dentro de la junta directiva, estoy muy centrada en impulsar esa visibilidad de las mujeres LTB. Hay mucha necesidad de implantar políticas, pero no es sencillo. Intentamos ayudar a las empresas para que realicen actos donde la temática sea hablar de nuestra agenda y necesidades, de cómo se puede enfocar, además de ayudar a las empresas a que las mujeres se visibilicen.

Las mujeres lesbianas se enfrentan a un doble techo de cristal, ¿esto dificulta más ser visibiles?

Así es. Nosotras lo hemos experimentado y la doble discriminación existe. Además, dentro del ámbito de las mujeres lesbianas, existen otras interseccionalidades. Entonces, hay que ser conscientes de los privilegios que tenemos. Yo tengo mi doble condición de mujer y lesbiana, pero soy blanca en una sociedad mayoritariamente blanca, no tengo ninguna discapacidad, tengo una profesión que me permite vivir de ella… Apelo a que todos, en general, seamos muy conscientes de cuáles son nuestras situaciones de privilegio para poder también seguir siendo abiertos a otras realidades y contribuir a generar situaciones y sociedades más inclusivas.

¿Estas situaciones de privilegio de las que habla son las que la han impulsado a ser visible?

Es la razón por la que estoy en esto y siento esa responsabilidad. Tengo la suerte de ser copresidenta de la EL*C, EuroCentralAsian Lesbian Community, y tengo la oportunidad de conocer a compañeras de otros escenarios geográficos con otras realidades políticas. Y, por ejemplo, soy consciente de la responsabilidad que tengo al vivir en un país como España, que tiene un marco legislativo idóneo para que nuestra vida se desarrolle al máximo de sus capacidades. Si en este marco de privilegio no soy activa y no realizo esta tarea, ¿quién lo va a hacer, ¿las que lo tienen infinitamente más complejo?

También colabora con la Fundación 26 de Diciembre, centrada en las personas mayores LGTBI. ¿Qué necesidades presentan estas mujeres del colectivo?

Por cuestiones antropológicas, somos más longevas que los hombres, pero también estamos más precarizadas en cuanto al acceso al ámbito profesional. Por lo tanto, ser más longeva y cobrar menos dinero equipara dos realidades terribles. Hay otro elemento muy importante, se enfrentan a la soledad, al reto de encontrar redes de apoyo donde se puedan sentir referenciadas y apoyadas. Sobre todo, las mujeres que vienen de la época en la que la Ley de Vagos y Maleantes estaba vigente, han vivido totalmente invisibilizadas. Entonces, la Fundación ha trabajado para generar dinámicas, para que puedan conocerse entre ellas, compartir tareas y actividades para crear esa red.

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