Omar Ayuso haría ante la cámara cualquier cosa que le pidiese Eduardo Casanova. El actor de 27 años, que se dio a conocer con ‘Élite’, avanza en su carrera con paso cauto pero firme y con él nos detenemos en ‘Silencio’. Se trata de una serie corta (que deja con hambre de más), que acaba de estrenarse en Movistar Plus+ y en la que el director de ‘Pieles’ traza una alegoría entre el VIH y una estirpe de vampiras. Es una serie divertida en general, terrorífica por momentos y dramática cuando toca serlo. Todo un viaje. Y en ella Omar Ayuso tiene un papel corto pero intenso: representa al otro, al que mira con prejuicio, al que juzga sin saber. Nos cuenta cómo ha sido la experiencia a las órdenes de Casanova.
Es un papel muy pequeño, pero en un proyecto muy interesante. ¿Qué tiene de importante para ti?
Para mí, tiene una importancia personal porque Edu es uno de mis directores españoles favoritos. Cuando estrenó ‘Pieles’, yo estaba en primero de carrera y fui cinco veces a verla al cine Artistic Metropol. Mi sueño era currar con Edu. Cuando me llamó fue muy emocionante, quería trabajar con él, fuera lo que fuera. Luego, ‘Silencio’ tiene una importancia política porque el tema del que habla la serie, valga la redundancia, me importa mucho. No solamente el hecho de que se silencien muchas realidades, y que esa es su mayor tortura, sino el caso concreto de las personas con VIH. Y tiene una importancia artística, porque trabajar en un proyecto suyo, a nivel formal, estéticoy narrativo, es un goce. Es entrar en otro universo y salirte de los sets de rodaje que son más habituales.
¿En qué se sale de lo habitual?, ¿cómo es de bizarro trabajar con él?
Pues trabajar con Edu es bizarro y a la vez no lo es. Es bizarro porque estéticamente tiene una estética muy personal que a mí me fascina. Luego él es un director de actores muy concreto en el que si confías 100% el resultado es bastante bueno. Y tiene cosas fuertes. A mí me hizo comer carne cruda en una secuencia, que ahí lo pasé fatal, pero luego veo la secuencia y es uno de mis planos favoritos de la vida. Tiene esta cosa muy extrema en todos los sentidos, pero que si te dejas estar y confías es muy divertido.
Y además de comer carne cruda, sales desnudo. ¿Te convenció enseguida?
Sí, yo no tengo el pudor del desnudo. Aparte, entendía el porqué. Me gusta que la única persona que sale desnuda en la serie de esa forma sea el personaje masculino, me parece que estéticamente es bello que esté desnudo… Y yo es que soy muy exhibicionista, no me cuesta desnudarme si el papel lo requiere.
¿Qué crees que tenemos que aprender en cuanto al VIH? En cuanto al estigma, en cuanto a la desinformación…
Si bien las personas con VIH, a día de hoy, pueden vivir perfectamente —en un sentido físico, clínico—, sí creo que todavía padecen muchos síntomas de salud mental, precisamente por el estigma, por el silencio al que se ven abocados a vivir… Y no creo que sea justo. Es algo que está muy desactualizada a nivel ético. Es importante darles un altavoz, desde todos los lados que se pueda, para que las personas con VIH puedan romper el silencio y vivir más tranquilas.
Estás haciendo un poco de todo: proyectos más mainstream, otros más pequeños, teatro, cortometrajes… ¿Cómo vas eligiendo y buscando construir tu carrera?
Aquí hay de todo. Hay una parte puramente capitalista porque vivo en este sistema y hay que ganar dinero, hay que comer y algún día me gustaría comprarme una casa como a todos los españoles. Me encantaría decirte que elijo, pero la realidad de la mayoría de los actores es que nos eligen. Tengo la suerte de que me llegan proyectos que como espectador son los que me interesan y los que me gustan, como es el caso de ‘Silencio’, como fue en su día ‘On the go’, como fue ‘Yo, adicto’… y luego hacer cosas más mainstream. Me divierto con todo, la verdad, pero sí que es verdad que proyectos como ‘Silencio’ tienen un plus que el goce y el disfrute de volver a casa sabiendo que lo que has hecho es una cosa que a ti te que te gusta.
¿Y te apetece seguir contando tus propias historias?
Lo hice con ‘Matar a la madre’ y fue una experiencia muy satisfactoria y a la vez muy agotadora. Tengo que reconocerte que la idea de pasar por el proceso de levantar un proyecto y buscar financiación me resulta tan asfixiante que, de momento, lo desecho un poco. Tampoco he tenido mucho tiempo porque he tenido bastante trabajo comoa actor y me lo paso muy bien. Es un trabajo que cuando llega la hora de fin de jornada, ya el resto del día es mi vida. Como director sentía que era 24/7 el proyecto en la cabeza. Y a día de hoy no hay ninguna historia que me apetezca tanto contar como para hacer esa inversión económica, emocional, física y de autoestima que hay que hacer para dirigir.
Y como actor, ¿qué te apetece que te llegue?
Si me dices que elija, pues hay un tipo de cine muy concreto, dramático, psicológico, de corte de autoral, que claro que me gusta. Pero creo que a casi todo le puedo sacar cosas buenas. Me parece que eso es lo más sano como actor, porque a veces tienes la suerte de trabajaren cosas que te fascinan, pero hay veces que no. Es importante saber sacarle la diversión a cada cosa porque de eso va lo nuestro, de hacer lo que tienes que hacer.
Del género del terror, ¿cuáles son tus referentes?
No soy un gran especialista. Si te digo mis pelis de terror favoritas son muy básicas, porque son ‘El resplandor’ y ‘El silencio de los corderos’. No son nada rebuscadas. Me gusta mucho ver pelis de terror en el cine, pero luego me tiro tres semanas durmiendo muy mal. Con ‘Weapons’ he estado todo el verano durmiendo mal; y ‘Weapons’ no da miedo. Es una inversión que no me conviene.
¿Qué te gustaría que Eduardo Casanova te ofreciese en un siguiente proyecto?
La verdad es que con Eduardo haría lo que fuera, sin haberle leído el guion. Me gustaría que me ofreciera un personaje protagonista y tener mucho tiempo con él para prepararlo, para construirlo, para ensayarlo. Poder rodar mucho con él porque es de los mejores directores con los que he trabajado y nos entendemos muy bien.
