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‘Las chicas de oro’: 40 años de una serie que se convirtió en icono LGTBI

La ficción mantiene un humor actual y fresco, así como una sensibilidad que la ha convertido en referente para el colectivo

Inbox Álvaro Onieva
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Este 2025, ‘Las chicas de oro’ ha celebrado el 40 aniversario de su estreno y sigue siendo una de las sitcoms más divertidas e inteligentes de la televisión. Lejos de haberse quedado anticuada, la serie mantiene un humor fresco y una sensibilidad que la convierten en un auténtico icono LGTBQ+. Parte de su grandeza reside en cómo se atrevió a tratar temas sociales adelantados a su tiempo, siempre con tacto, empatía y una enorme dosis de humor.

En su cuarta temporada, por ejemplo, conocimos a Clayton, el hermano de Blanche, en un episodio centrado en su salida del armario. Como era habitual en ‘Las chicas de oro’, los personajes representaban distintas posturas de la sociedad ante un mismo tema: Clayton temía revelar su orientación, Blanche no sabía cómo reaccionar y, finalmente, la aceptación triunfaba. Años después, cuando Clayton regresó para anunciar su boda con su novio, Blanche volvió a enfrentarse a sus prejuicios, entendiendo finalmente —gracias a una conversación con Sophia— que amar es algo que merece ser vivido sin esconderse.

La serie no se limitó a este arco argumental. En la segunda temporada, Jean, una amiga de Dorothy, se enamora de Rose, y en la tercera —en pleno 1987— se presentó a uno de los primeros personajes trans de la televisión estadounidense. Con humor, ternura y mucha humanidad, ‘Las chicas de oro’ demostró que una comedia podía ser tanto un vehículo para la risa como una ventana hacia la comprensión y la diversidad, dejando una huella imborrable en la historia de la televisión.

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